Entradas con la etiqueta ‘Agrimony’
Para definir Agrimony, sería importante preguntarnos ¿qué nos produce la imagen de un payaso?, miedo, angustia, rechazo.
Si hemos contestado a algunas de estas emociones, es muy posible que dentro de nosotros estemos viendo esa flor, pues no, nos agrada en absoluto una sonrisa con tanta amargura que sale de ese corazón ¿por qué?, pues porque así nos hemos sentido muchísimas veces, ocultando nuestro dolor ante los demás con esa sonrisa artificial, ocultando nuestros verdaderos sentimientos por miedos de afrontarlos y ante esa imposibilidad recurrimos a una vía de escape.
Al ser nuestra vida tan insoportable, y tan amarga, deseamos ingerir alguna sustancias que proporcionen placer o una felicidad artificial y no solo con drogas o alcohol ¿nos suena ser adicto al chocolate, a los dulces, a lo salado?, (son adicciones, no casos esporádicos, como son los síntomas derivados de estados hormonales en la mujer). Todas estas adicciones están relacionadas con estados emocionales, fijaos los niños enganchados a la Play, videoconsolas, móviles u ordenadores, son situaciones en las que escondemos emociones que no sabemos afrontar, porque no sabemos hacerlo, nunca nos enseñaron aceptarlas y las ocultamos, pero en nuestro cuerpo no se pueden esconder, es demasiada presión .
Recuerdo el caso de dos señores que me encontré por la calle, dentro de un portal, totalmente ebrios, pero la sorpresa surgió cuando uno de ellos al vernos, se dirigió a nosotros colocándose una nariz de “payaso”, no quería que viéramos en sus ojos el infierno que estaba pasando . Reflexionando, pensé que si en el momento en que empezó a huir de sí mismo hubiese tomado agrimonia, su situación bien podría haber sido menos dramática, las flores no resuelven problemas pero si nos dan claridad de nuestra situación, nos dan valor para ser uno mismo, valor para expresar lo que siente sin miedo a las confrontaciones, nos enseñan lo que es el ser del parecer, esa es la lección de la agrimonia.
Autor: Tratamiento Floral
Para contigo sé sincero, y entonces seguirá como la noche al día, que no puedas ser falso con hombre alguno.
Shakespeare